EL ESTRES, ENEMIGO PELIGROSO
Un medico
me dijo en una ocasión “la gente se suicidada cada día, con lo que:
hace, piensa y come; busca al medico y no se toma las medicinas, ni cumple los
tratamientos, ¡como que luchan por suicidarse!”, igual pasa en el plano
empresarial, se contratan consultores que demuestran las enfermedades
organizacionales, pero no se actúa para curarlas, mas bien se lucha por
perpetuarlas, generando así patologías que luego se vuelven incurables.
Cada vez
que enfrentamos nuevas situaciones, se rompe el equilibrio sico-fisico y se
provocan alteraciones en la persona, que dependiendo de como se administren,
pueden o no, generar patologías severas.
Cuando un hijo
hace travesuras o un trabajador comete errores; cuando un busero se nos tira encima;
al tener que presentar un informe al jefe o calcular una cotización que supere
al competidor; al tratar de responder tantas llamadas o revisar los e-mails en
poco tiempo; al asistir a reuniones improductivas o enfrentar alzas de precios
en materias primas; al ajustar los pagos, cuando los ingresos disminuyen o al tener
que reír los desagradables chistes del jefe, en fin, una rutina diaria que no
podemos evitar y dependiendo de nuestra reacción a esos eventos, nos incrementa
mas o menos el nivel de estrés.
Lamentablemente
algunos paradigmas sociales y gerenciales tienden a perpetuar formas de
producir estres en las empresas, ha sido usual oír de nuestros padres y jefes
frases como: Aumentar presión sobre la gente, hace que desarrolle nuevas
habilidades; exigir mas de la cuenta, hace que la gente produzca mas; hay que exagerar
las situaciones, pues la gente preocupada cuida mejor su empleo; meter
conflictos entre la gente, facilita su control y otras tantas formas de
gerenciar a la vieja ultranza, que antes funcionaban porque eran los únicos estresores
que el empleado recibía, pero hoy en día debemos sumarle: la
delincuencia, vicios, desintegración familiar, el entorno local y global, que a
diario incrementan las presiones y terminan aniquilando a la gente.
¿Quien recibe
el daño del estres y paga la factura? Todos, nadie escapa a sus efectos, por lo
que si en su organización, observa situaciones como: Alta rotación de personal,
ausentismo, accidentes en aumento, fumadores y bebedores incrementando el
vicio, presión arterial elevada en muchos, colesterol alto, gente con
taquicardias, abundancia de conflictos personales, baja motivación, pocas
sugerencias de mejora, apatía, deslealtad, corrupción y falta de entrega al
trabajo, etc. Por favor no eche la culpa
a la gente, mejor revise aspectos organizacionales claves como: estilos gerenciales inadecuados; tecnología
obsoleta; estructura organizacional; características de los puestos y
competencias del trabajador; fechas de finalización de los trabajos, poco
realistas; ambigüedad en ordenes, etc.
Por otro
lado, el estrés no debe verse con la jactancia de los que trabajan mucho y
tratan de enfatizarlo con orgullo, repitiendo a menudo “Estoy estresado”,
porque el estrés es un asesino silencioso, aniquila
personas, organizaciones, familias y sociedades, por lo tanto, es impostergable
aprender a dominarlo y controlar las causas, si queremos mejorar nuestrau vida personal, familiar y
laboral.