viernes, 24 de agosto de 2012

EL ESTRES, ENEMIGO PELIGROSO


EL ESTRES, ENEMIGO PELIGROSO
 
Un medico me dijo en una ocasión “la gente se suicidada cada día, con lo que: hace, piensa y come; busca al medico y no se toma las medicinas, ni cumple los tratamientos, ¡como que luchan por suicidarse!”, igual pasa en el plano empresarial, se contratan consultores que demuestran las enfermedades organizacionales, pero no se actúa para curarlas, mas bien se lucha por perpetuarlas, generando así patologías que luego se vuelven incurables.

 El estrés es una de dichas patologías y debemos realizar, que nos afecta en el plano personal, familiar, laboral y social, y que igual se nutre con la forma en que se gestionan las organizaciones y  de lo que nos ocurre en cada entorno, en los que a diario nos movemos, y quizás lo mas importante a realizar, es generado por el CAMBIO.

Cada vez que enfrentamos nuevas situaciones, se rompe el equilibrio sico-fisico y se provocan alteraciones en la persona, que dependiendo de como se administren, pueden o no, generar patologías severas.
Cuando un hijo hace travesuras o un trabajador comete errores; cuando un busero se nos tira encima; al tener que presentar un informe al jefe o calcular una cotización que supere al competidor; al tratar de responder tantas llamadas o revisar los e-mails en poco tiempo; al asistir a reuniones improductivas o enfrentar alzas de precios en materias primas; al ajustar los pagos, cuando los ingresos disminuyen o al tener que reír los desagradables chistes del jefe, en fin, una rutina diaria que no podemos evitar y dependiendo de nuestra reacción a esos eventos, nos incrementa mas o menos el nivel de estrés.

Lamentablemente algunos paradigmas sociales y gerenciales tienden a perpetuar formas de producir estres en las empresas, ha sido usual oír de nuestros padres y jefes frases como: Aumentar presión sobre la gente, hace que desarrolle nuevas habilidades; exigir mas de la cuenta, hace que la gente produzca mas; hay que exagerar las situaciones, pues la gente preocupada cuida mejor su empleo; meter conflictos entre la gente, facilita su control y otras tantas formas de gerenciar a la vieja ultranza, que antes funcionaban porque eran los únicos estresores que el empleado recibía, pero hoy en día debemos sumarle: la delincuencia, vicios, desintegración familiar, el entorno local y global, que a diario incrementan las presiones y terminan aniquilando a la gente.

¿Quien recibe el daño del estres y paga la factura? Todos, nadie escapa a sus efectos, por lo que si en su organización, observa situaciones como: Alta rotación de personal, ausentismo, accidentes en aumento, fumadores y bebedores incrementando el vicio, presión arterial elevada en muchos, colesterol alto, gente con taquicardias, abundancia de conflictos personales, baja motivación, pocas sugerencias de mejora, apatía, deslealtad, corrupción y falta de entrega al trabajo, etc.  Por favor no eche la culpa a la gente, mejor revise aspectos organizacionales claves como: estilos gerenciales inadecuados; tecnología obsoleta; estructura organizacional; características de los puestos y competencias del trabajador; fechas de finalización de los trabajos, poco realistas; ambigüedad en ordenes, etc.

Por otro lado, el estrés no debe verse con la jactancia de los que trabajan mucho y tratan de enfatizarlo con orgullo, repitiendo a menudo “Estoy estresado”, porque el estrés es un asesino silencioso, aniquila personas, organizaciones, familias y sociedades, por lo tanto, es impostergable aprender a dominarlo y controlar las causas, si queremos  mejorar nuestrau vida personal, familiar y laboral.

 “Esta enfermedad es un peligro para las economías de los países industrializados y en vías de desarrollo. Resiente la productividad, al afectar la salud física y mental de los trabajadores.”                                    Organización Internacional del Trabajo (OIT)

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